Habitares

Mario Valle Bueno

22.11.2022


EVENTO REALIZADO

EXPOSICIÓN

El proyecto Habitares emprende su camino a principios de diciembre de 2021. Para poder llevarse a cabo, Mario Valle Bueno se sumerge durante meses en un proceso de aprendizaje que combina múltiples influencias etnográficas, además de la manufactura de una serie de elementos vernáculos como la construcción de un chozo, la cocción de barro, el curtido de pieles, la confección de unas esparteñas, la cestería, el estudio de flora y fauna, entre otros. Todo ello con el fin de desarrollar, desde el ámbito representativo, una experiencia que busca recoger reflexiones sobre una forma esencial y precaria de vida en nuestro desnaturalizado contexto.
Desde un enfoque antropológico, acoge múltiples herramientas de estudio que proporcionan distintas visiones y conocimientos a la práctica artística. De este modo no se reduce a una revisión historiográfica del arte estudiado desde la antropología, sino que la entiende como un elemento crucial en el seno del arte: una herramienta para hacer arte y no sólo para entenderlo.
Como escenario donde llevar a cabo la obra encontramos una tierra recluida por muchos años. Tan apartada, que sus formas de vida apenas recogen progreso con el paso de los siglos. Un lugar donde poder disfrutar de las influencias regionales y rescatarlas del olvido para su uso práctico. Dicha «matria», casi rendida al abandono, acumula una serie de características que estrechan el vínculo entre individuo y medio natural, tanto en sus primeras formas de vida como en las más recientes de la historia.
Obcecado en un enfoque virginal, durante más de medio año, Mario Valle se prepara para afrontar una semana en la naturaleza con las manos vacías de «progreso». La idea inicial era abrazar la subsistencia desde un estado animal en un vínculo directo con las materias primas del medio. Por lo contrario, la alteración más basta de este «estado natural» se halla en el aislamiento, el rechazo a cualquier tipo de actividad gregaria: afrontando la soledad en una sociedad potencialmente mediatizada. Adopta el papel representante de una generación que vive gran parte de sus relaciones humanas mediadas por pantallas y filtros sistemáticos. En un contexto de infinitos estímulos e influencias, el artista recurre a un empleo consciente y responsable de los medios digitales viéndolos más como herramientas que como sedantes sociales. De esta manera la obra se documenta principalmente con medios audiovisuales y fotográficos, anotaciones y dibujos.
Mario lleva a cabo una desmaterialización de todo aquello que no considera estrictamente esencial. En un principio, aquellos útiles que podía emplear durante la semana debían ser manufacturados por él mismo desde elementos extraíbles del medio que próximamente iba a habitar. Dada la complejidad y pretenciosidad, el proyecto fue ajustado en múltiples ocasiones por falta de tiempo y, ¿por qué no decirlo? De experiencia y conocimientos. Por motivos de seguridad, llevó consigo botiquín, abrigo y algunos víveres.
El artista no pretende entender la estancia como un reto deportivo de supervivencia sino más bien como un estudio de las formas de habitar aquella tierra, siguiendo huellas tanto humanas como del resto de animales, haciendo una lectura del paisaje.
Una breve estancia al margen de comodidades, adoptando diversas formas de vida que se dieron y se dan en múltiples culturas. Todas ellas unidas por lo mismo: individuos que tarde o temprano acaban sucumbiendo ante las doctrinas del instinto.
En la sala encontraremos múltiples elementos de archivo y documentación como cuadernos, mapas, dibujos y un pequeño documental. Alrededor de la estancia experimental de Mario Valle Bueno en el medio natural, diversos procesos preparativos engloban materiales como la madera, el barro y las pieles.
La iluminación y el sonido ambiente juegan un papel esencial en las diversas lecturas de los objetos y archivos que se distribuyen por la sala, pretendiendo así que el espectador se sumerja en una experiencia interactiva con la mayoría de elementos que buscan evocar otros espacios y habitáculos precarios, rurales y naturales.

Mario Valle Bueno, graduado en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca en 2022 por la especialidad de pintura, investiga en torno a las facetas más animales del ser humano y su relación con el medio. Se apoya en el estudio etnográfico de las formas de vida rurales que se llevaron a cabo en la Península Ibérica hasta mediados del siglo pasado para así formalizar su obra plástica de manera interdisciplinar.




HEMEROTECA
BBAA.USAL

Proyecto de rehabilitación del campus Ciudad Jardín

En octubre de 2021 se celebró un seminario vinculado al proyecto Taller de rehabilitación colaborativa de las zonas anexas a los talleres de la Facultad de Bellas Artes. Impartido por Enrique Nieto y Antonio Abellán (arquitectos y profesores de la Universidad de Alicante), contó con 35 inscritos, entre estudiantes de grado y máster, PAS y PDI.
Durante cuatro jornadas se debatió sobre las posibles actuaciones en entornos abandonados o degradados para crear nuevos espacios de trabajo común y ocio. También se desarrollaron varias actividades prácticas, como la creación de una rampa ajardinada de acceso en la antigua piscina del campus, que se habilitará para actividades lúdicas, y la instalación de un «tótem» con un periscopio.
Nieto y Abellán destacaron la importancia de estas iniciativas para fomentar la colaboración entre personas de diferentes ámbitos (académico, vecinal, etc.) a la hora de diseñar y construir estos lugares de esparcimiento, sin dejar de prestar atención a la sostenibilidad. Igualmente señalaron el interés de dar continuidad y ampliar el proyecto de rehabilitación del campus.